Cuando pequeño, durante los largos recorridos por el centro de Lima en compañía de mi abuelo Juan, adquirí cierta fascinación por ese modelo a escala del cóndor, que majestuoso planeaba haciendo sombra sobre nuestras cabezas.
El noble Coragyps Atratus(*) que nos acompaña pacíficamente con su salubre misión desde el pleistoceno, no es propiamente un ave rapaz si no carroñera (porque sus débiles garras y pico no le permiten prensar ni desgarrar seres vivos).
Aunque lo despreciemos por su aspecto, no nos dejemos engañar, es silencioso, huidizo y quizá sea el habitante más fiel a este país y a esta ciudad.
(*) "Nombre de etiqueta" de nuestro mal querido gallinazo, combinación del nombre de la especie: atratus que significa "vestido de negro o de luto", tomado del latín ater 'negro'; con el de su género: Coragyps "cuervo-buitre" proveniente de la contracción del griego corax/κοραξ y gyps/γυψ de cada ave.
TU COMENTARIO SOBRE GALLINAZOS ME ENCANTA,ES MI AVE FAVORITA.
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