domingo, 8 de noviembre de 2009

ATAHUALPA YUPANQUI

Héctor Roberto Chavero Aramburo, más conocido como Atahualpa Yupanqui, nació el 31 de enero de 1908 en la provincia de Buenos Aires, precisamente en el paraje conocido como Campo de la Cruz, y fue registrado en Pergamino, ciudad distante a 30 km de allí y 224 km al noroeste de Buenos Aires, capital de la República Argentina. Su padre era originario de la ciudad de Loreto, ubicada en la provincia de Santiago del Estero, y tenía sangre quechua. Su madre era natural de las por entonces llamadas Provincias Vascongadas, España.
"Muchas mañanas, la guitarra de Bautista Almirón llenaba la casa y los rosales del patio con los preludios de Fernando Sor, de Costes, con las acuarelas prodigiosas de Albeniz, Granados, con Tárrega, maestro de maestros, con las transcripciones de Pujol, con Schubert, Liszt, Beethoven, Bach, Schumann. Toda la literatura guitarrística pasaba por la oscura guitarra del maestro Almirón, como derramando bendiciones sobre el mundo nuevo de un muchacho del campo, que penetraba en un continente encantado, sintiendo que esa música, en su corazón, se tornaba tan sagrada que igualaba en virtud al cantar solitario de los gauchos" ("El canto del viento", II).
Sus estudios no pudieron ser constantes ni completos, por diversos motivos: falta de dinero, estudios de otra índole, traslados familiares o giras de concierto del maestro Almirón, pero como él mismo señala estaba el signo impreso en su alma, y ya no habría otro mundo que ése: ¡La Guitarra! "La guitarra con toda su luz, con todas las penas y los caminos, y las dudas. ¡La guitarra con su llanto y su aurora, hermana de mi sangre y mi desvelo, para siempre!" ("El canto del viento", II).
Desde que empezó a dar a conocer sus poemas firmaba con el seudónimo de Atahualpa Yupanqui. La etimología de este nombre la dio él mismo: "Viene de lejanas tierras para contar algo" (Ata: viene; Ku: de lejos; Alpa: tierra; Yupanqui: narrarás, has de contar).
Se cuenta que sus manos fueron gravemente dañadas a culatazos por un grupo militar de extrema derecha. Las Coplas del payador perseguido, serían, al parecer, una respuesta a dicha agresión: "y aunque me quiten la vida/ o engrillen mi libertad/ y aunque chamusquen quizá/ mi guitarra en los fogones/ han de vivir mis canciones en l'alma de los demás". Esta canción estuvo prohibida en algunos países, como, por ejemplo, en la España franquista. Atahualpa Yupanqui estuvo exiliado en París, Francia. Murió en ese mismo país, la noche el 23 de mayo de 1992 en una habitación de hotel de la ciudad de Nimes, después de haber pedido un vaso de leche como último gesto antes de ir a dormir.
Hoy sus cenizas descansan en los jardines de su casa museo en la localidad de Cerro Colorado, a la sombra de un roble junto a las de Santiago Ayala "El Chúcaro", un gran bailarín de danzas folclóricas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario