En medio de una conversación, recordé una antigua lectura sobre la naturaleza del hombre. El autor, SIDOROV; el libro, "Cómo el hombre llegó a pensar". En el texto mencionado, el tópico sobre la influencia de la naturaleza en el ser humano (Paul Holbach), era desmitificado con la historia de dos niñas halladas en estado salvaje, concluyéndose que, el medio social desempeña un papel enorme (no el único) en el desarrollo del hombre.
En octubre de 1920, Joseph Amrito Lal Singh, misionero y director de un albergue infantil recorría las aldeas más apartadas de la India. Singh recogía a los niños abandonados y los llevaba al albergue donde, con la ayuda de su mujer, los alimentaba y educaba. Cuando los niños habían crecido, Singh los ayudaba a encontrar casa y trabajo, y se iba en busca de otros niños abandonados. A comienzos de octubre, Singh y sus compañeros de viaje llegaron a la aldea de Midnapur al oeste de Calcuta y se alojaron en la casa de uno de los habitantes de la localidad. Ya en la noche el dueño de la casa se precipitó en la habitación y, temblando de miedo, empezó a contar que en la selva vagaban espectros. Los habían visto a unas siete millas de la aldea. Tenían cuerpo humano y una cabeza horrible de aspecto repugnante. El dueño de la casa le suplicó a Singh que les salvara de aquellos espectros. Singh procuró calmarlo y le prometió aclarar aquel fenómeno. Al día siguiente Singh y sus compañeros se subieron a un tablado, en lo alto de un árbol, para divisar la vivienda de los aparecidos: un montículo de tierra con varias entradas y salidas. Luego salieron dos lobeznos. Después, a través de sus binoculares, Singh vio salir de la madriguera un “espectro”, el cual seguía los lobeznos avanzando a gatas.Acto seguido apareció otro “espectro”, aunque menor que el primero. Con los binoculares se veía que tenían cuerpos y facciones de humanos. A juzgar por la estatura se trataba de niños. Sin darse prisa. Singh decidió seguir la manada, pero los campesinos que le acompañaban se negaron a ayudarle. Singh tuvo que volver algunos días más tarde acompañado por un grupo de cazadores para capturar a las criaturas. La guarida de los lobos era un termitero abandonado. En su diario, dice que cuando los picos y palas pegaron en el montículo de termitas, dos lobos huyeron inmediatamente y luego salió la loba, que decidió defender a sus vástagos. Descubriendo sus colmillos y gruñendo atacó a los cazadores quienes la mataron con una lluvia de flechas. Entonces la partida de caza irrumpió en la guarida y sacó los dos “hombres fieras”, junto con dos lobeznos. Nunca se supo cómo llegaron a ese cubil. El espectáculo lo dejó tan asombrado y asustó tanto a los pobladores de la zona, que el reverendo Singh tuvo que emplear todas sus destrezas adquiridas en el púlpito para impedir que le dispararan a toda la manada. Cuando nadie en las aldeas locales vino a demandar a las niñas, Singh las llevó a su orfanato, bautizando a la mayor, Kamala (el nombre de una planta medicinal, Lotus, utilizada en la india contra la tenia), y la más joven, Amala (una flor amarilla brillante). Kamala tenía 6 años y su "hermana" Amala tan solo 3. Separadas así de su entorno "familiar" solamente se tenían la una a la otra, considerando hostil cualquier otro ser humano que se les acercara. Tenían las mandíbulas afiladas y los caninos más largos de lo habitual; los ojos les brillaban en la noche y veían mejor que nadie en la oscuridad, así como su sentido del olfato estaba especialmente desarrollado. Tampoco sabían llorar o reír, ni tenían, aparentemente, ningún sentimiento humano.
Singh, y su esposa, se trazaron una meta. Intentaron convertir las niñas en seres humanos. Y la mayor dificultad con que chocaron fue el sistema de reflejos sólidamente formados en las niñas a lo largo del tiempo que vivieron entre lobos. Se les alojó en un área deshabitada. Les dieron unas colchonetas para que durmieran y unas cobijas para cubrirse, pero ignoraron ambas, sin mostrar el más mínimo síntoma de frío. Como estaban desnudas, trataron de vestirlas, pero las pequeñas se quitaban la ropa a mordiscos. Se arrancaron cualquier cosa que se les dio para vestirse y, finalmente, la señora Singh logró cubrirlas con unos pañales. Las niñas pasaban horas tratando de quitárselos a mordiscos. Durante mucho tiempo no quisieron reconocer vestimenta alguna arrancando todo lo que se les trataba de poner. Dormían encorvadas una encima de la otra en una bola apretada, gruñendo y crispándose durante su sueño. Tenían mucho miedo al baño. En los primeros meses, las pequeñas eran sumamente agresivas y peligrosas : arañaban, mordían y atacaban como bestias a quienes se le acercasen. Se constató que no parecía haber vínculos familiares entre las dos, lo que llevaba a la sorprendente conclusión que la loba las había recogido en diferentes situaciones. Singh, se propuso familiarizar a las niñas con el lenguaje de los humanos. Poco a poco fueron acostumbrando a las niñas a las actividades diurnas. La señora Singh hablaba sin cesar con ellas, aunque aquello fue un monólogo que duró varios años. Su adaptación fue tan difícil que el reverendo Singh se llegó a preguntar si no hubiese sido mejor dejarlas en el bosque. El sacerdote era un hombre pobre pero relativamente educado, que hizo todo lo que estuvo a su alcance para "rehabilitarlas", pero nunca pudieron adaptarse a la sociedad. Luego, el matrimonio Singh se esforzó por enseñar a las niñas a caminar y a hacer uso de las manos. Colocaron a ambas junto a un niño que ya empezaba a ponerse de pie. Esperaban que las niñas aprendieran por imitación, pero la experiencia no dio resultado.
Tan solo 1 año después de su ingreso en el orfanato, la pequeña Amala enfermó y murió de disentería. Cuando Amala falleció, se vio a Kamala llorar (además, se la tuvo que separar por la fuerza del ataúd de su "hermana"). Pasó las semanas siguientes refugiada en una esquina y aullando en las noches. Tuvieron que pasar tres años para que la conducta de Kamala se pareciera a la de un niño de año y medio (Kamala ya tenía once años). Al cabo de tres años Kamala aprendió a comprender lo que le decían, no esquivaba el trato con otros niños y se encariñó con la señora Singh. Las primeras palabras que pronunció Kamala fueron si y no . Al quinto año de vivir en el albergue, el vocabulario de Kamala se componía de unas treinta palabras (Kamala ya tenía trece años). Con todo, el vocabulario de Kamala era entrecortado. La palabra hindú para medicina es ashad pero Kamala pronunciaba solamente la mitad de la palabra, es decir “ad”. Asimismo, ella decía bha para bhat (arroz), bil para biral (gato) y tha para thala (plato). Cuando Kamala tenía catorce años, adquirió nociones de cantidad. La primera vez que Kamala pudo mantenerse erguida fue el 10 de junio de 1923, 03 años luego de su hallazgo.
Y ponemos fin a nuestra historia. En 1929 Kamala contrajo la fiebre tifoidea y murió tras dos meses de enfermedad. Fue enterrada junto a Amala en el cementerio de St.John. Kamala tendría unos 17 años pero su edad mental se aproximaba a la de un niño de cinco o seis años. Los ocho años que Kamala vivió al margen de la sociedad humana no había desarrollado el pensamiento en ella. Al contrario tenía un estilo de vida animal.
Según las teorías del siglo XVIII (el hombre es producto de la naturaleza) deberíamos de encontrar en Kamala y Amala seres racionales. Pero la verdad es que, por su nivel mental, no es posible considerar a las dos niñas como seres humanos. La naturaleza no las había hecho humanas. Fueron engendradas por humanos pero se convirtieron en animales. Por lo tanto la conciencia humana no es un producto de la naturaleza. Recordemos: El primer acto histórico gracias al cual los humanos se diferenciaron de otras especies no consistió en que piensen, sino en que empezaran a producir los medios de vida que le eran necesarios para su subsistencia.
Una idea que viene a colación, a lo largo de los siglos, el ser humano ha tenido interés en las historias de niños salvajes o niños ferales, personas que han vivido apartadas de la sociedad durante un largo período de su infancia. Esta categoría incluye desde personas que no han tenido el más mínimo contacto humano durante años hasta niños que han sido confinados en sitios donde solamente se les alimentaba. Se han conocido pocos casos pero han sido muy estudiados por su interés histórico (Rómulo y Remo), psicológico (Kaspar Hauser), sociológico (Amala y Kamala), médico (Genie), lingüístico (Rochom P'ngieng) y hasta literario (el "Tarzán" de Burroughs o "El libro de la Selva" de Kipling, que por cierto distan mucho de la realidad). Entre otros casos podemos considerar: Los "niños-lobo" hessianos (1341-1344), El niño de Bamberg, que creció entre el ganado (fines del siglo XVI), Hans de Liege, el niño irlandés criado por ovejas, Los tres "niños osos" lituanos (1657, 1669, 1694), Pedro de Hamelín (1724), La niña de Songi, en Champagne (1731), La niña ucraniana Oxana Malaya, que fue criada por perros hasta la edad de 8 años (en la década del noventa), Andrei, un niño de 7 años criado por un perro guardián en la región de Altai, en el sur de Siberia, descubierto en julio de 2004, Rochom P'ngieng, hallada en Camboya en enero de 2007 después de casi dos décadas de aislamiento, Lyokha descubierto en Moscú en diciembre del 2007, etc.
Nota: El término feral proviene del latín ferālis ('feroz, letal'), y éste de fera: 'fiera, animal salvaje'. La Real Academia Española lo define como un adjetivo en desuso, que significaba 'cruel, sangriento'.
esta historia en bien interesante de como pudieron vivir en la selva......
ResponderEliminarChaval, pon otro color de fuente por favor, que no se lee ni mierdas
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